Ensayo publicado en Artishock.
Los archivos han constituido territorio de disputas históricas, políticas y jurídicas. Controlar un archivo puede implicar direccionar la historia, asentar los relatos fundacionales o el tiempo a futuro de una comunidad. A grandes rasgos, la tradición crítica ha considerado los archivos como base o estado previo a la conformación de un orden, como una estructura de poder capaz de fijar discursos o como nuestra posibilidad de hablar o reconstruir el pasado histórico.
Michel Foucault ya planteaba cómo el archivo “es en primer lugar la ley de lo que puede ser dicho, el sistema que rige la aparición de los enunciados como acontecimientos singulares” (Arqueología del saber). Jacques Derrida precisará que todo archivo necesitaría de un lugar de consignación y de una figura —el arconte— capaz de crear y darle sentido el pasado (Mal de archivo). El archivo, como ley, parece imperar y regular el sistema de discursos que rigen nuestras sensibilidades y formas de organizar el conocimiento y la sociedad. En el caso de América Latina, el problema del archivo ha sido de especial interés en los estudios culturales, literarios y visuales… Leer ensayo completo en Artishock.